jueves, 30 de diciembre de 2010

Lecturas

Diciembre. Jose Luis Arsuaga (2001) "El enigma de la esfinge" Plaza & Janés



Septiembre. Haruki Murakami (2009) "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo" Tuskets



Septiembre. Juan José Téllez (2005) "Gibraltar en el tiempo de los espías" Andalucía Abierta



Agosto. Anónimos y colectivos (2005) "La noche del samurai. Cuentos populares japoneses"

Agosto. J.Sierra "(2006) La cena secreta"

Junio. A.Fernández Mallo (2006) "Nocilla dream"

Mayo. Lorenzo Mediano (2010) "El escriba de barro"


Abril. H.Murakami (2010) "De qué hablo cuando hablo de correr"

Marzo. Pérez-Reverte (2010) "El Asedio"

Haruki Murakami

Novelas de Haruki Murakami


1979. Hear the Wind Sing
1980. Pinball, 1973
1982. La caza del carnero salvaje

1985 (Tuskets 2009). El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas
1987. Tokio blues (Norwegian Wood)
1988. Dance, dance, dance
1992. Al sur de la frontera, al oeste del sol

1992-95. Crónica del pájaro que da cuerda al mundo
1999. Sputnik, mi amor
2002. Kafka en la orilla
1981-2005. Sauce ciego, mujer dormida
2004. After dark
2009. 1Q84
2010. De qué hablo cuando hablo de correr



Rojo, leidos
En negrita, publicados por Tuskets

martes, 28 de diciembre de 2010

En respuesta a Bardem y sus tomates

 
 

Enviado por Fon a través de Google Reader:

 
 

vía blogoff de Kids el 24/12/10

El usuario humitsec de Menéame ha escrito el que probablemente sea uno de los mejores comentarios del año en la web y la mejor respuesta posible que se le puede dar al surrealista artículo que Javier Bardem ha escrito en El País.

Con la esperanza (que es lo último que se pierde) de que Bardem llegue a leerlo, lo reproduzco tal cual en blogoff. Para entenderlo podéis leer la analogía que hace Bardem entre las copias para uso privado y el robo de tomates en el artículo correspondiente del periódico.

Pongamos el mismo ejemplo.

Javier Bardem quiere «comprar un tomate fresco». Para usar el paralelismo con la industria cultural, Javier debería acudir a una tienda en la que tras pasar por sucesivas manos, el tomate ha incrementado su valor de manera artificial, repercutiendo en el horticultor en menos del 0,1 % de su valor de venta. Son otros, los intermediarios, los que han cobrado más, en muchos casos tan solo por cambiar la pegatina que viene puesta en el tomate. Algo que, por desgracia, no dista mucho de la realidad del mercado de la agricultura –y de la pesca, y de la ganadería…–.

Pero ahora viene la gracia. Javier Bardem no puede compartir ese tomate que acaba de comprar con nadie más, pues de lo contrario la Sociedad General de Agricultores y Especuladores se cabreará con él y lo llamará ladrón: «¡Quien quiera un tomate que se lo compre! ¿Qué es eso de compartir?».

Tampoco puede alterarlo en cualquier forma que no haya sido expresamente autorizada por el horticultor. De hecho, su intención de usarlo para hacer gazpacho se considera un uso no autorizado, y la Sociedad General de Agricultores y Especuladores la condena, llegando a denunciar al comprador si se hace pública la manipulación no autorizada: «El gazpacho, como resultado de la manipulación del tomate entre otros productos, es algo que sólo nosotros, como creadores del tomate original podemos realizar, ya que ese derecho es nuestro. Cualquier manipulación realizada por terceros sin nuestra autorización es una violación de nuestros derechos, y debe ser castigada».

Para colmo, Javier Bardem tampoco puede comerciar con el tomate que acaba de comprar. Si fuera el caso de que tuviera un restaurante donde sirviera ensaladas de tomate –plato que debería contar con la autorización de la Sociedad General de Agricultores y Especuladores–, debería pagar otra vez al horticultor por el lucro cesante que le supone que los clientes de su restaurante vayan a comer un tomate allí, en lugar de comprar otro para ellos. Incluso si el horticultor acuerda no cobrar por este uso, la Sociedad General de Agricultores y Especuladores le cobrará una compensación por tal uso no autorizado.

Por si esto fuera poco, al día siguiente Javier Bardem descubre que tiene que seguir pagando por el tomate que compró ayer, pues los derechos que reconocen el esfuerzo del horticulor estipulan que hay que pagarle por este trabajo hasta más allá de su muerte. Al fin y al cabo él trabajó para producir ese tomate, él plantó la semilla, y día tras día cuidó del crecimiento de la planta, alimentándola cuando lo necesitaba, protegiéndola cuando se debía, hasta el momento de poder recoger su fruto: el tomate. Y ese trabajo debe ser recompensado toda la vida, porque al fin y al cabo, una vez que Javier Bardem ha consumido ese tomate, su organismo se ha beneficiado de él, y ese beneficio para Javier Bardem puede durar años.

Por supuesto este pago Javier Bardem no lo tiene que realizar directamente. No es un impuesto, sino un cobro de derechos, en lo que todo aquello que esté relacionado con el tomate que compró ayer incluirá el pago al horticultor.

De hecho, para proteger el trabajo del horticultor, se ha prohibido que cualquiera pueda producir tomates iguales o razonablemente parecidos a los que compró al horticultor. Por eso no se venden semillas de tomates de ese tipo. Y como aun así es posible que Javier Bardem las obtenga del propio tomate, para reducir el perjuicio ocasionado al horticultor, la Sociedad General de Agricultores y Especuladores ha logrado que se apruebe la inclusión de un canon compensatorio en todos aquellos productos que pudieran facilitar que cualquiera produjera tomates similares a título privado. Este canon se puede encontrar en el abono, el agua, las mangueras, las regaderas, los maceteros, los tiestos, los sistemas de aspersión, las palas, los rastrillos, las carretillas, las azadas y en general cualquier herramienta de agricultura y jardinería, los plásticos y estructuras de posible uso para la construcción de invernaderos, etc.

Por suerte para Javier Barden hay un grupo de personas que consideran que esta situación es un abuso, y han creado sus propias huertas, donde venden los tomates sin todas las restricciones que se han citado, permitiendo su uso y consumo como mejor le parezca al comprador, y destinando prácticamente todo el dinero cobrado al propio horticultor.

Otras personas han creado huertas públicas, donde el cuidado y el mantenimiento de los productos de la huerta es responsabilidad solidaria de todos, y todos pueden disfrutar libremente de los resultados.

En algunos casos las tomateras son el producto de las semillas de los tomates obtenidos a través de la compra a los horticultores tradicionales, y eso ha cabreado a la Sociedad General de Agricultores y Especuladores, porque dicen que eso es piratería, que se están aprovechando del trabajo de sus horticultores, e incluso están en algunos casos obteniendo beneficios por ello.

Así, la Sociedad General de Agricultores Y Especuladores, junto con otros colectivos afectados como Proagripescae, han denunciado en varias ocasiones a los que mantienen dichas huertas. En algunos casos incluso han tratado de crear la idea de que su actividad es más delictiva si cabe porque cobran por otros servicios a quienes acceden a sus huertos a por los productos que allí se disponen gratuitamente.

Por fortuna los jueces, que aun tienen algo de sentido común, siempre han sentenciado a favor de las personas encargadas de las huertas. Esto ha molestado a las sociedades mencionadas, que han movilizado a los horticultores para que protesten y presionen con el objetivo de aprobar una ley que permita cerrar esas huertas sin necesidad de que lo ordene un juez.

¿Qué piensa Javier Bardem de que un colectivo que es parte del conflicto pueda decidir si cierra o no una huerta pública sin requerir la acción de un juez?


 
 

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viernes, 24 de diciembre de 2010

Una población humana de hace 50.000 años descubierta en Siberia, revoluciona...

 
 

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vía Ciencia de null null el 22/12/10

Nadie sabe aún quiénes eran. Pero se sabe quiénes no eran. No eran ni neandertales ni Homo sapiens , aunque coexistieron con ambas especies , y con los Homo sapiens incluso se aparearon. Los descendientes de aquellos apareamientos se extendieron hacia el sureste por Asia y hoy...

 
 

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lunes, 20 de diciembre de 2010

Sobre los acabados en España

 
 

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vía Alzado.org el 20/12/10

Debemos recuperar el concepto de artesanía, el amor por el trabajo bien hecho y el detalle. Dos arquitectos comparten su experiencia con los constructores en España y dan una pista de la relación entre diseño y tecnología en muchas empresas.

Este artículo enlaza con el artículo de Eduardo Manchón La tecnología es una commodity solo para quienes la desconocen. La ventaja de ser un geek. No hay nada más frustrante que trabajar con empresas que tratan la tecnología como una "commodity". Todavía oigo las palabras de un CEO de una anterior empresa en la que trabajé diciéndome: "Programar no puede ser difícil. Lo hace mucha gente". No sé de quien es el problema, si de los gestores que no saben valorar la tecnología o de los tecnólogos que no saben transmitir el valor de un trabajo bien hecho frente a la chapuza y la improvisación. Sea como sea, tenemos un problema y es grave.

La pasada semana, en un Telva de Octubre de 2010 encontré el artículo "Arquitectura. Se acabó el espectáculo".

En él se hacen dos entrevistas a David Chipperfield (Londres, 1953) y Patxi Mangado (Estella, Navarra, 1957). Dos arquitectos que agradecen que la arquitectura, con la crisis, se vuelva hacia la mejora de la calidad de vida de las personas, a aprovechar mejor los recursos y se aleje del espectáculo y la pirotecnia.

Pero no es esto lo que llamó mi atención, sino dos comentarios relacionados con el acabado de los proyectos concretamente en España.

David Chipperfield:

"En España se construye muy mal y a menudo ideas muy buenas se han echado a perder por los materiales. En Alemania, diseñas por ejemplo una ventana y te la entregan tal y como la pediste, con la calidad adecuada y las mismas especificaciones mientras que en España, los constructores hacen su propia interpretación. Al final, la calidad y el acabado dependen de la habilidad del arquitecto para controlar al constructor y así no se puede trabajar".

Patxi Mangado:

"En España, el problema es el sistema de subcontratas. El constructor va dejando el trabajo en manos de otros y al final no sabes quien lo está haciendo.

Por otra parte, los trabajadores están muy mal preparados. Se ha perdido el concepto de la artesanía, por eso, siempre traigo a obreros gallegos o portugueses. Ellos aún conservan ese amor por el trabajo bien hecho, por el detalle".

¿Me afecta? Visceralmente. ¿Por qué? Por todos esos proyectos que se venden en torres y se desarrollan en mazmorras. Proyectos que se hacen con amor al detalle que luego se desarrollan con plazos de locura por consultoras cuyo único valor es el precio. Empresas con consultores que, sin consultar, juegan a diseñadores dejando sus zarpazos; con programadores mal pagados y peor gestionados. El resultado es predecible y hoy lo tengo delante dentro de un Powerpoint en forma de capturas de pantalla deformes, funcionalidades inventadas y pobladas de iconos que no existían en la propuesta original, por otra parte, perfectamente documentada. ÁQué huevos tienen, señores! ÁQué huevazos!

Hay días que leer sobre arquitectura es leer sobre tu trabajo.

Afortunadamente, esto no sucede siempre, pero cuando sucede...

2010-12-20

 
 

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sábado, 18 de diciembre de 2010

Diez razones por las que la homeopatía es mejor que la medicina convencional

 
 

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vía La media hostia de Ismael el 17/12/10

Sencillamente irrefutables. Así que ni lo intentes. #lol

Manuel Abeledo

Este artículo está escrito con el ánimo de refutar todos lo malentendidos que existen acerca de la homeopatía. Dado que exponer las grandes virtudes de esta terapia me llevaría muchísimo espacio —al menos tres palabras cuyas iniciales son EUT— he decidido resumirlo en este decálogo. Espero que al final os quede claro de una vez por todas y no me llenéis este post con un montón de comentarios, escépticos, más que escépticos.

1. Las farmacéuticas que producen productos homeopáticos no necesitan realizar ensayos clínicos poco éticos en países con gobiernos fácilmente sobornables.

2. Las compañías de productos homeopáticos no requieren gastar fortunas en ensayos con doble ciego y placebo.

3. Se dice que los productos homeopáticos son caros comparados con los alopáticos. Eso es falso. Dado que al incrementar la dilución se incrementa el efecto podemos cortar cada porción de la pastilla en cientos de porciones infinitesimales abaratando el producto varios órdenes de magnitud.

4. Si tu hijo se toma accidentalmente un frasco de comprimidos homeopáticos, ¡tranquilidad! Se ha demostrado que la sobredosis de estos compuestos es inocua.

5. Si has perdido mucho dinero en bolsa por la crisis de algunas compañías farmacéuticas, puedes comprar acciones de Boiron, una empresa al alza.

6. En el caso de que se olvide de tomar un día la medicación homeopática, o bien de que ésta se haya terminado justo a la hora de que las farmacias hayan cerrado, ¡no pasa nada!

7. La homeopatía es estupenda a la hora de hacer viajes, no necesitas cargar con bolsas de medicinas, basta con una botella de agua mineral.

8. No es necesario recordar complicados horarios, o tener que despertarse de madrugada para seguir una pauta, basta con tomarla cuando se tenga sed.

9. Para obtener un título que te acredite como diplomado en homeopatía no se requieren horas y horas atado a un aula y un laboratorio, basta con rellenar un formulario de los laboratorios Boiron.

10. La homeopatía permite fardar en los foros de Internet de estar tomando una medicación natural y acusar a tus interlocutores de estar vendidos a las grandes compañías farmacéuticas. Bueno, a casi todas.

Y sobre todo recordad que, dado que el Támesis pasa por Londres, ¡la homeopatía funciona!

Gracias a La Ciencia y sus Demonios por estos ratitos.


 
 

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jueves, 16 de diciembre de 2010

De ThinkWasabi: "¿Cuánto te costará tu próxima reunión?"

 
 

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vía ThinkWasabi de Berto Pena el 12/12/10

¿Conoces Meeting Ticker? Es una sencilla utilidad web que valora en dinero cuánto le cuesta a tu empresa o a ti la próxima reunión en la que vayas a despilfarrar tu tiempo. Pruébala. Porque la experiencia de empezar una reunión, ver cómo pasa el tiempo, y contemplar cómo sube la cantidad de dinero tirada a la basura, es una experiencia reveladora.

Reveladora porque primero sientes curiosidad. Luego incomodidad. Finalmente te escandalizas.

A la hora de hablar de Productividad en el trabajo las reuniones son de lejos uno de los puntos más sangrantes. Por lo general se convocan a la ligera, son largas, demasiado frecuentes, asiste demasiada gente y son el gesto favorito de las personas que quieren hacer ver que hacen algo. Posiblemente las mismas personas que tras un día con siete reuniones dirán: «Hoy he tenido un día muy productivo».

Las reuniones no valen para nada. Salvo que se concreten, de forma inmediata y muy precisa en acciones, no valen para nada salvo dar la sensación a los asistentes de que están haciendo algo. Lo peor, por supuesto, es la cantidad de tiempo, energía y atención que silenciosamente les roban. Día a día a lo largo de toda su vida profesional van pagando esa vergonzosa hipoteca. Porque mientras te reúnes, no haces.

Pero, como el Email o mover archivos por el disco duro, son de ese tipo de engañosas actividades del trabajo que nos dan la sensación de que conseguir avances. O incluso peor. Que las tenemos que hacer para hacer nuestro trabajo. Convertimos a la herramienta, a la utilidad (las reuniones, el Email…) que sirve para hacer nuestro trabajo, en el centro de nuestro trabajo. Elevamos a la categoría de "rey" algo que ni siquiera es "ministro".

No sé si puede trabajar sin reuniones. Pero sí sé que se puede trabajar sin la mayoría de las reuniones.

«Bien, pero ¿qué demonios hacer? ¡Si es imposible trabajar sin reuniones!» No sé si puede trabajar sin reuniones. Pero sí sé que se puede trabajar sin la mayoría de las reuniones. A partir de aquí, yo sólo te puedo contar mi punto de vista, apuntar alguna sugerencia y compartir contigo mi experiencia. La experiencia de un mal manager (sí, yo) que durante años despilfarró su propio tiempo y el de todo su equipo.

Si convocas tú las reuniones (eres directivo, manager, jefe de equipo…):

  1. Decide si es absolutamente necesario convocar la reunión. Si puedes, cancélala, no la convoques. Busca otra forma alternativa de comunicar, organizar o acordar que sea más directa y respetuosa con el tiempo de todos.
  2. Convoca sólo a las personas que explícitamente puedan aportar algo.
  3. Decide por adelantado una duración máxima y sé inflexible. (Ten claro que a partir de 20 minutos es un despilfarro de dinero, tiempo, energía…)
  4. Comunica por adelantado el porqué de la reunión. Su objetivo.
  5. Exige puntualidad y cierra la puerta si alguien llega tarde.
  6. Arranca Meeting Ticker.
  7. Y luego acciones, acciones y acciones. Si eres capaz de traducir esa reunión en próximas tareas, tal vez no haya sido una completa pérdida de tiempo y dinero.
  8. (Prueba a descubrir las reuniones de pie. En cinco minutos todos vais al grano y son igualmente —más— efectivas.)

Si te convocan a ti a las reuniones:

  1. No aceptes ir porque sí o porque te lo han ordenado. Pregúntate si merece la pena que vayas, si de verdad tú vas a aportar algo (por tu puesto o cargo, conocimiento, experiencia…).
  2. Antes de ir averigua: cuánto va a durar, qué temas trataréis y si tienes que preparar algún material o documento.
  3. Sé puntual.
  4. Háblale a tu jefe de Meeting Ticker y convéncele para que lo pruebe.
  5. Aporta, sugiere, concreta. Si estás en la reunión es por algo.
  6. Cuando salgas por la puerta ten muy clara tu próxima tarea-acción.

Si tienes hoy alguna reunión, prueba a utilizar Meeting Ticker para comprobar cuánto os costará. Sin saber cuánto durará ni cuántos asistiréis, seguro que será bastante.

EresProductivo.com — Centro Online de Productividad Personal


 
 

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