Desde hacía un mes no pedaleaba. Hoy domingo me he decidido. Me he levantado a las nueve menos cuarto, me he enfundado el culote y una sudadera (por aquello del frio mañanero), y me he pertrechado con un bidón de agua, un plátano y una chocolatina, dispuesto a enfrentarme a unos previsibles cuarenta kilómetros de ruta.
Llevaba tiempo pensando en recorrer este trayecto, desde Sanlúcar a las inmediaciones de Jerez por la vía de servicio de la carretera A-380, de unos 22 kilómetros.
La mañana ha amanecido fría, aunque soportable. Las piernas al aire han aguantado, si bien más de una vez los "pelillos se han puesto de punta".
La primera sorpresa del camino la he tenido al encontrarme la entrada a Sanlúcar desde El Puerto, en obras, a la altura del Centro Comercial. Imagino que están liados con las obras de acceso a la población y el acondicionamiento del acceso a la nueva zona comercial. Sorteando camiones y baches he alcanzado la pista que comunica esta carretera con la vía de servicio.
La bruma matutina aún no se había disipado y el Sol apenas se ha levantado sobre el horizonte, iluminando los campos de cereal. Un motivo magnífico para fotografiar, aunque ese mismo resplandor me ha impedido obtener mejores resultados al no poder comprobar niel encuadre, enfoque ni distancias en la cámara.
Los primeros repechos a la altura del cortijo de Alijar me han recordado que hacía tiempo que no me montaba en la bici, de manera seria. Y estos se han ido repitiendo a medida que me he aproximado a mi destino en Jerez.
Las dos últimas subidas me han dejado casi sin aliento, y he tenido que meter desarrollos más cortos e incluso levantarme del sillín.
Tras esa veintena de kilómetros y una hora y cuarto de marcha, incluidas varias paradas fotográficas, he llegado al árbol solitario que pretendía fotografiar y destino de esta Biciruta. He aprovechado el momento para descansar, comerme el plátano y recuperar fuerzas para el que se me antojaba difícil regreso a Sanlúcar.
Efectivamente, esa sensación es la que se ha evidenciado al descender aquellas dos pendientes finales que tanto me costó ascender. Las piernas han sufrido bastante en el regreso a consecuencia del cansancio ya acumulado y al evidente bajo nivel de entrenamiento.
Para regresar he probado una alternativa a la carretera de El Puerto, aunque hay que estudiarla mejor y encontrar una solución más correcta. En el cruce de la carretera de Chipiona - TRebujena con la de Jerez, hay un tramo de la vía de servicio que carece de valla divisoria. He aprovechado este hueco y me he pasado a la carretera, llegando así hasta Sanlúcar.
Al final de la jornada no me encuentro demasiado cansado. Después de la ducha reparadora y del desayuno, solo me he encontrado con la típica pesadez en las piernas.
En cuanto a otras observaciones de la ruta, se ven numerosas perdices aleteando asustadas cuando paso cerca de ellas. No he visto rapaces, aunque me pareció ver un cernícalo. Numerosas aves pequeñas, como jilgueros, cogujadas, lavanderas y otras que no logré identificar. La vegetación aun está invernada, aunque jaramagos y parientes muestran sus amarillas flores en las cunetas. Algunas borrajas también aparecían con sus flores violetas. Es lamentable pasear por estos campos agrícolas y observar las cunetas y lindes de los sembrados totalmente asoladas de vegetación arvense. Todo lo contrario a lo que se podría ver en cultivos más orgánicos o ecológicos.
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